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“Seguiremos iluminando la memoria desde el presente y en la escuela”

Muestras de fotos, intervenciones artísticas, proyeción de películas y charlas de personalidades destacadas por su trayectoria académica y por su lucha en el campo de los derechos humanos son algunas de las actividades que incluye el cronograma del #MesDeLaMemoria en el Liceo Víctor Mercante, en sintonía con aquellas previstas en el resto de los colegios, facultades y otras dependencias de la UNLP, a 40 años del último golpe civico-militar.

En el acto de apertura de estas actividades en el Liceo, la directora del colegio, María Constanza Erbetta, acompañada por la Prosecretaria de DDHH de la UNLP, Mg. Verónica Cruz, la Prosecretaria Académica de la UNLP, Prof. Laura Agratti, y la Madre de Plaza de Mayo Herenia Sánchez Viamonte,sostuvo: “Recordamos este mes aquel golpe de Estado cívico-militar que nos empujó a siete años de oscuridad, de silencios forzosos y sueños enterrados, de exilios y de bebés robados. De secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones de militantes, de estudiantes, de trabajadores y de trabajadoras. La eliminación de una generación. Un genocidio…”.

“Tenemos el orgullo de estar acompañados por Madres de Plaza de Mayo y sentados en un salón de actos al que hace algunos años decidimos llamar Chicha Mariani, y con sus rostros, estudiantes, docentes y no docentes del colegio, víctimas del terrorismo de estado, que están presentes ahora y siempre, aquí en el Liceo. Tenemos el orgullo, entonces, de transitar este aniversario doloroso desde un presente que construimos recogiendo las luchas más justas y conmovedoras de nuestro pasado reciente; luchas encabezadas por mujeres valientes, reconocidas en el mundo, que salieron a buscar a sus hijos y nietos por comisarías, centros de detención, calles, despachos militares y religiosos… Y hoy, a 40 años, siguen buscando. Porque estos han sido también los años de la resistencia de madres y padres, abuelas y abuelos, hermanos y hermanas que aprendieron, y enseñaron, a luchar sin descanso contra la violencia institucional y por los derechos vulnerados”.

El Liceo, recordó la directora, “fue atravesado dramáticamente por el terrorismo de Estado; las marcas de ese proceso están en los docentes, no docentes y estudiantes detenidos-desaparecidos o familiares de desaparecidos. Esas huellas también podemos encontrarlas en el proceso de vaciamiento que sufrió esta escuela, en la destrucción de su espacio y en la mudanza impuesta cuando se proponía su demolición”.

“También tenemos el orgullo, al atravesar este nuevo aniversario de aquel golpe cívico-militar, de hacerlo mirando a las nuevas generaciones de frente: desde una universidad pública decidida a seguir comprometiéndose con la memoria, la verdad, la justicia, y la reparación. Una Universidad que ha participado como querellante en juicios por delitos de lesa humanidad y que como parte de su imperativo ético está llevando adelante la rectificación de legajos de estudiantes y de trabajadores docentes y no docentes, víctimas del terrorismo de Estado,  documentos que ahora indican la causa real de su desvinculación laboral con la UNLP”.

“Orgullosos, habitamos una escuela que desde hace más de diez años por estos días -y también cada primavera- se llena de actividades y de intervenciones organizadas por estudiantes, por preceptores, por profesores, por no docentes que confirman que el Liceo también está hecho de discusiones, de luchas, de memoria. Como todos los años, la comunidad del Liceo vuelve a decir Nunca Más y se compromete a seguir trabajando por la escuela como espacio de encuentro, de diálogo, de diversidad, de futuros. Una escuela dispuesta a defender las conquistas, las libertades y las heterogeneidades”.

“Pasaron 40 años del 24 de marzo del ’76. Desde la escuela seguimos historizando y preguntándonos cómo fue posible tanto horror. Con distintas estrategias pedagógicas, trabajamos día a día y desde diferentes espacios con la memoria sobre el pasado reciente. Y como interrogamos a la memoria, siempre desde el presente, entendemos que ahí radica su potencia transformadora para educar hacia una sociedad democrática e igualitaria, que respete los derechos humanos. Justamente es ésta una oportunidad renovada para comprometernos con este presente muchas veces amenazante para la vigencia de los derechos humanos. El derecho al trabajo, a la vivienda, al ambiente sano, el derecho a la ciudad, a la identidad de género autopercibida…… en contra de la violencia institucional, de la discriminación y de la violencia de género”.

“Pasaron 40 años del comienzo de una dictadura que construyendo enemigos eliminó a una generación. Desde la escuela, y como decíamos, siempre iluminando a la memoria desde el presente, seguiremos forjando encuentros con otros porque en ellos están los mundos que queremos construir”.