Ir al contenido

Participación de estudiantes del Liceo en competencias de matemáticas

Durante los meses de mayo y junio, estudiantes de los distintos niveles del colegio participaron en las instancias preliminares de Mateclubes, Olimpíada Matemática Argentina (OMA) y Olimpíada Matemática Ñandú, demostrando entusiasmo, compromiso y capacidad de resolución a través del pensamiento lógico y el trabajo colaborativo.

Durante el mes de junio, los y las estudiantes Juan Ravenna, Laureano Simón, Felipe Vergagni (1º año), Nazareno Ladd Medley, Lucía Privitera Bedoian (2º año) y Benjamín Vidal (3º año), integraron dos equipos —“Los Anteojos” y “ALPINE Mercante”— que participaron de manera virtual en la primera instancia de Mateclubes desde la sala de computación del colegio. “Esta competencia consiste en resolver 3 problemas estilo juego con utilización de la combinatoria, una resolución que debe incluir detalles de todo el proceso completo pensado para llegar a la solución”, comentó la profesora Patricia Bozzano, Jefa de la Sección Matemática del Departamento de Ciencias Exactas y Naturales del LVM.

“En MateClubes se promueve especialmente el intercambio de ideas entre las y los integrantes del equipo, lo que transforma cada encuentro en una experiencia de aprendizaje más dinámica y entretenida”, agregó Bozzano. Se trata de una competencia nacional que consta de tres etapas previas al evento final.

En tanto que, en el mes de mayo se desarrollaron los certámenes interescolar e intercolegial de las Olimpíadas Matemática Argentina (OMA) y Ñandú. En la instancia de Ñandú, participaron cinco estudiantes de 1º año, de las/os cuales tres superaron la prueba y clasificaron al certamen zonal que tuvo lugar el pasado 26 de junio. En el caso de la OMA, fueron diez las/os estudiantes del Liceo que se presentaron, distribuidas/os en los tres niveles de competencia, y ocho de ellas/os clasificaron al zonal del 3 de julio.

En todos estos eventos, cada problema presentado se convierte en un nuevo desafío. Sin embargo, más allá de la competencia en sí, la verdadera recompensa es el proceso de resolución. “En este tipo de entornos, las/os estudiantes experimentan la alegría de descubrir soluciones por sí mismas/os, disfrutando cada paso del camino. Es en este sentido que resolver problemas se vuelve una aventura intelectual, un viaje que se realiza no solo por la meta de ganar, sino por el placer de enfrentarse a lo desconocido y superarlo”, concluyó la profesora Bozzano.