Las y los estudiantes de 6° año que cursan el taller optativo “Nutriaventura: explorá lo saludable” cocinaron una amplia variedad de comidas mediante el aprovechamiento de diferentes residuos y desperdicios alimentarios. Utilizando distintas formas de presentación y cocción, realizaron preparaciones tales como budín de pan con aquafaba; tarta de hojas de remolacha, pencas y tallos de brócoli; budín de mandarinas (con cáscara); milanesas de penca de acelga; snacks de semillas y cáscara de calabaza; y, por último, albóndigas de garbanzo con salsa de tomate.
Natalia Argüello y Santiago Iurada son los docentes responsables del taller, y comentaron que “principalmente se hizo hincapié en la incorporación de frutas y verduras, ya que no solo son el grupo de alimentos con menor representatividad dentro del patrón de ingesta adolescentes (se consume menos del 20% recomendado), sino que también se constituyen como el grupo más descartado, debido fundamentalmente a las preferencias por ciertas partes del vegetal, desconocimiento del valor comestible y la falta de estética, dimensiones y formas percibidas como ideales”.
Por otro lado, advirtieron sobre las millones de toneladas de alimentos que se desperdician alrededor del mundo y remarcaron la importancia de concientizar en este aspecto. “Hoy en día, se desperdician alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos a nivel mundial, de modo tal que el 30% de lo que se produce no llega a ser consumido. Esto significa una menor oportunidad de alimentación para aquellas familias en estado de vulnerabilidad social, mayores índices de inseguridad alimentaria y un menor esfuerzo para combatir el hambre”.
De acuerdo con lo que contaron Natalia y Santiago, buena parte de los fundamentos para realizar esta actividad tiene que ver con que casi el 60% del desaprovechamiento de alimentos se produce en los hogares. Es así que resulta muy importante “fomentar la reutilización de los mismos, incluyéndolos en una multiplicidad de ideas de cocina”.
En línea con el proyecto de Nutrición llevado a cabo por la sección de Biología del Liceo, la propuesta desarrollada en el taller además coincide y guarda una estrecha relación con uno de los proyectos institucionales de compostaje -Proyecto Compostá-, una iniciativa conjunta de las distintas disciplinas educativas, por medio de la cual se busca fortalecer la enseñanza de prácticas colectivas relativas a la sostenibilidad ambiental y la construcción de mayor consciencia respecto del aprovechamiento de los recursos naturales.
“La jornada de preparación de alimentos culminó con la puesta en común de cada receta y su posterior degustación, resultando un encuentro muy enriquecedor y de gran sorpresa para el grupo”, concluyeron Natalia y Santiago.