La Cuestión de las Islas Malvinas, entendida como la disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, tiene su origen el 3 de enero de 1833 cuando el Reino Unido ocupó ilegalmente las islas y expulsó a las autoridades argentinas, impidiendo su regreso así como la radicación de argentinos provenientes del territorio continental. Desde entonces, la Argentina ha protestado regularmente la ocupación británica, ratificando su soberanía y afirmando que su recuperación, conforme el derecho internacional, constituye un objetivo permanente e irrenunciable.
En el marco de la última dictadura cívico-militar, las Fuerzas Armadas, a cargo de un gobierno de facto ya deslegitimado, impulsaron una acción militar para recuperar las islas, lo que llevó al conflicto armado con Gran Bretaña, iniciado el 2 de abril de 1982, que dejó un saldo de 649 muertos.
Los soldados conscriptos sufrieron en carne propia el hambre y el frío, la tortura física y psicológica por parte de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas. Durante la dictadura, según datos del Centro de Ex Combatientes de las Islas Malvinas (CECIM) de La Plata, 129 soldados conscriptos que cumplían con la ley del servicio militar obligatorio fueron desaparecidos.
Esta política de desaparición y negación de la identidad tuvo su continuidad en las tumbas sin nombre que, hasta el día de hoy, continúan identificándose en las islas. Por eso, los caídos en Malvinas también forman parte de las víctimas de la última dictadura.
La Cuestión Malvinas ha sido calificada por las Naciones Unidas como un caso de descolonización especial y particular, donde subyace una disputa de soberanía y por ende, a diferencia de los casos coloniales tradicionales, no resulta aplicable el principio de libre determinación de los pueblos.
A 40 años de la guerra de Malvinas, reafirmando la soberanía argentina sobre las islas, recordamos a quienes dejaron su vida en una acción militar impulsada por un gobierno de facto, y a quienes regresaron y asumieron la difícil empresa de reinsertarse en una sociedad que buscó olvidar y negar lo sucedido.
A 40 años, Malvinas es memoria y es presente.